EL EFECTO CONTRARIO
Con el aval de las autoridades municipales la profesora María Teresa Tartaglia será la nueva directora del Complejo Museográfico Provincial Enrique Udaondo.
Desde hace tiempo el radicalismo está intentando desplazar al Dr. Andrés Mage del Museo, el tema no es nuevo, la intolerancia hacia él viene de lejos, aunque también en lo coyuntural, Mage les va ganando, (miremos el COU).
Para imponer a María Teresa Tartaglia en el Museo, el radicalismo se valió de varias circunstancias, el desconocimiento del distrito de parte de las autoridades de Cambiemos, la poca palabra que este partido tiene y un sinnúmero de mentiras, inventadas por ñoquis radicales en el Senado que aprovecharon la ausencia del Dr. Mage para hacer de las suyas.
En este marco, desde la presidencia del Honorable Concejo Deliberante se tuvo un doble discurso, por un lado se dijo que “yo no tengo candidato para ese lugar” y por el otro se justificó que “la intención de que asuma Tartaglia es para darle un cierre digno a su carrera política”. Cambiemos.
Vale decir que la intención no es modernizar el Museo, mejorarlo, ponerlo en el plano internacional como uno de los mejores museos sudamericanos, no, sólo se pensó en coronar una descoronada carrera política. Cambiemos.
En el medio, la excusa de la prensa mentirosa que en realidad lo único que hizo fue reflejar datos sobre una continuidad que otros periodistas también teníamos. Cambiemos.
El odio, la envidia, las ansias de poder y la desproporcionada desesperación por lograr una dirección provincial llevaron al seguidor de la Congregación de los Legionarios de Cristo y ñoqui del senado a enviar cientos de correos plagados de falsedades para lograr su objetivo.
La ausencia de Mage, de vacaciones autorizadas por sus superiores, hizo que él y otros conspicuos radicales lograran torcer la voluntad expresada verbalmente de una continuidad de políticas activas y superadoras para nuestro Museo.
Con toda esta sumatoria de vejámenes hacia quien no se puede defender porque no está, se logra para María Teresa Tartaglia todo lo contrario a lo que ella pretendía. No será ésta una coronación digna a su carrera política. Será la toma de posesión de un cargo, impulsada por odios, revanchismos, envidias y desmedidas ansias de poder. Pobre María.
