Toma de Guernica: Cuando los derechos son selectivos

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1 de noviembre de 2020

Daniela Cooper

La tierra y la vivienda son un derecho, pero no para las familias pobres, estos derechos son regulados en realidad por la especulación inmobiliaria y financiera, y son prácticamente inaccesible para una familia de clase trabajadora. Esto podemos verlo incluso en nuestra ciudad, el COU y las rezonificaciones no generó ningún metro cuadrado de suelo para viviendas sociales, y recientemente salió la inscripción para 108 lotes del plan PROCREAR con el requisito de un salario en blanco de más de $80 mil, lo cual reduce aún más las posibilidades de acceder, cuando se sabe que el déficit habitacional en Luján es de 4000 viviendas. Es decir que si no se toma el reclamo popular de #TierrasParaVivir como política pública integral y en vez de eso solo ofreciera 100 lotes por año tardarían en responder 37 años a la necesidad actual, sin considerar las nuevas demandas.

Es en este marco generalizado a nivel nacional que se generó la toma de Guernica, y no fue casual que haya ocurrido después de iniciada la cuarentena de lo que es llamado la doble pandemia, la del covid-19 y la crisis económica mundial. El desempleo y la pobreza aumentan con mayor tasa de crecimiento que la curva de contagios. Las medidas tomadas por los gobiernos de Alberto Fernandez y Axel Kicillof agudizaron la situación de millones de familias que no se pueden dar el lujo de seguir la indicación de EN ESTA CUARENTENA QUEDATE EN CASA, porque no tienen casa ó porque no se pueden dar el lujo de una cuarentena, ya que eso depende directamente del nivel de ingresos familiar. La cuarentena en casa es un privilegio y no es para todes.

Las miles de familias que protagonizaron la toma de Guernica se vieron arrastrados a esa situación, en sus relatos se escuchaba “me quedé sin laburo”, “ya no puedo pagar un alquiler”, “estábamos haciendo la cuarentena 4 familias en la casa de mi suegra, tuvimos que irnos”.
Fueron meses angustiantes para esas familias y para quienes acompañamos sus reclamos, con un constante doble discurso Kicillof basado en el desgaste de supuestas negociaciones que fueron para un grupo muy reducido pero muy aprovechado para la propaganda oficialista. No era de extrañar que la justicia falle en contra de estas familias con un desalojo en sintonía a las políticas del gobierno, los poderes serán independientes entre sí, pero no del sector dueño del capital y la propiedad privada.

Finalmente el miércoles por la noche el gobierno rompió con la mesa de negociaciones con delegados y delegadas de la toma. El violento desalojo, como ya presumíamos lamentablemente, se efectivizó el jueves por la madrugada.
Cuatro mil efectivos de distintas fuerzas policiales bajo la dirección del Ministro de Seguridad Sergio Berni llevaron adelante un violento desalojo de las más de 1400 familias que permanecían en la ocupación de Guernica, apoyado políticamente por Axel Kicillof, por Alberto y Cristina Fernández. Volvieron para ser mejores decían, pero se comportan con las viejas políticas de siempre con políticas de ajuste para la clase trabajadora de la mano de la represión.

El gobierno provincial viene sosteniendo al ministro Berni quien, a pesar de estar denunciado por la madre de Facundo Castro como encubridor de la Bonaerense, esta policía que hizo desaparecer a Facundo, la del gatillo fácil y todo lo demás, a la que el Gobierno priorizó dándole un aumento salarial que le negó a trabajadores y trabajadoras de la salud y docentes.
Ni Una Menos Sin Vivienda Digna

Esta es una de las frases más contundentes que escribieron las mujeres y disidencias de Guernica en una carta dirigida a Elizabeth Gómez Alcorta Ministras de Mujeres, Géneros y Diversidad y a su par provincial Estela Díaz, “muchas de nosotras nos vimos frente a la peor decisión que puede vivir una madre: elegir entre pagar un alquiler, o comprar comida y pañales para nuestros hijos”. Dura realidad pero no inaudita en la crisis económica y social que atravesamos.

De las miles de familias que protagonizaron la toma en una gran proporción eran mujeres jefas de hogar, muchas de ellas perdieron su trabajo producto de la cuarentena y se vieron obligadas a recurrir a la toma, y no todas recibieron en sólo 3 oportunidades el IFE de $10 mil en estos casi 8 meses desde el comienzo de la pandemia, un monto absolutamente inferior a la canasta básica mensual real calculada por les trabajadores de ATE-INDEC que es de $73.430 .

La feminización de la pobreza es resultado de la economía capitalista y patriarcal, lo dicho por el presidente Fernández sobre “un capitalismo donde todos ganen” es mucho más que un doble discurso, es cinismo puro. La base del capitalismo es precisamente explotar a la clase trabajadora, donde además las mujeres y disidencias de esta clase somos explotades y oprimides.

La desigualdad con los hombres es estructural, sufrimos más el desempleo, y si tenemos empleos son más precarios, o informales y de menores ingresos. Además de ser quienes realizamos una mayor cantidad de tareas no remuneradas como las tareas del hogar. La inequitativa distribución entre trabajo productivo y reproductivo también es una violencia de género. Todo esto hace que sea más vedado aún para nosotres el derecho al acceso a la tierra y la vivienda, y ni hablar poder acceder al mercado formal de un crédito hipotecario.

Como respuesta a esa carta que le escribieron a la ministra y el reclamo constante al gobierno provincial y nacional en camino a una solución a la problemática habitacional solo recibieron balas en la represión y la expulsión a la calle, reforzando la violencia de género que ya padecemos y dejando en claro cuál debería ser nuestro lugar en la sociedad.

Daniela Cooper feminista y socialista

Referente de Izquierda Socialista en el FIT-U y de Isadora Mujeres en Lucha, también militante barrial y por la educación pública.

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