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Chau Rosita

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Por Eduardo Racedo- 03/08/2019- Atesoro el libro de Jaime de Nevares que allá por el 94 me regalara Rosita, cuando el entonces Obispo de Neuquén renunció a su lugar como Convencional Constituyente a la Asamblea para la Reforma de la Constitución Nacional y después de un reportaje telefónico que tuve el agrado de realizarle un sábado a la mañana por FM Fantástica. Le había gustado mucho aquella charla y de ahí su regalo.

Hablo de María Rosa “Rosita” Palazzo que nos dejó ayer, inesperadamente para mí, a pocas horas del fallecimiento de Don Pedro Bombechi, otro gran militante de los DD HH. El tiempo es cruel y no perdona. Se queda con quienes amamos y nos deja solos, solo con los recuerdos. La conocí en el 91, cuando recién establecido en Luján, me incorporé a la Comisión de DD HH; a partir de allí pude establecer una relación muy cercana con ella, con Nelly y Chiquita.

Junto con Ana Aguirre conformaron la filial Luján de las Madres de Plaza de Mayo y sostuvieron esa bandera en tiempos difíciles, duros, oscuros. Ya en democracia supo ocupar el espacio crítico a las políticas oficiales, demandó correcciones y exigió respuestas. Con firmeza, sin dubitar, sin dobleces. La democracia la traicionó primero con Punto Final y Obediencia Debida y mas tarde con los Indultos. En el nuevo siglo Néstor reivindicó su lucha y entibió su irreparable dolor.

Compartimos muchas jornadas de lucha, algunas de ellas casi en soledad, los dedos de las manos nos sobraban para contarnos. Sostuvimos largas charlas en su casa de la calle Ituzaingo, la última, breve, hace unos años, una mañana de primavera, acompañados por su fiel perro.

Fue Alma Mater, valiente, segura, firme, buena consejera, gran compañera. Madre de muchos, Madre de la Democracia. Nunca se dio por vencida y sostuvo sus convicciones con amor. Su lucha, su ejemplo perdurará entre nosotros. En lo personal su partida me causa una enorme pena que refirma mi compromiso por sostener la Memoria en la búsqueda de Verdad y Justicia. Un legado que llevaré hasta que el tiempo y su feroz voracidad me alcance también. Memoria, Verdad y Justicia.

Chau Rosita … QEPD

Eduardo Racedo (racedofe@gmail.com)

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