5 de octubre de 2025
En su tramo final la peregrinación se opacó a causa del clima, pasadas las dos de la madrugada un vendaval de lluvia y viento se desató, tal cual estaba pronosticado. Los más estoicos aguantaron y llegaron a la Basílica Nacional, abrazados a su fe y con la esperanza puesta en nuestra Madre.
La salida apresurada por el mal tiempo ocasionó un taponamiento generalizado en las distintas salidas de la ciudad y en los alrededores del Santuario, es claro, imposible ordenar un desmán con miles de colectivos, combis y automóviles pugnando por salir en medio de un temporal. En el medio de esta espectacular demostración de fe, subyacen los ruegos y pedidos de cientos de miles de personas, que pesar del calor del sábado y de la lluvia del domingo no cejaron en sus ganas y en sus fuerzas para llegar a los pies de nuestra Virgen.