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Macri y Fernández estuvieron en la Misa por la Paz en Luján

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09/12/2019- El Presidente saliente y el electo, junto a sus funcionarios fueron convocados por la Iglesia Católica en la Plaza Belgrano, en el marco del Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

Ayer domingo y a un día del cambio de gobierno, el presidente Mauricio Macri y el mandatario electo Alberto Fernández compartieron una misa por la «unidad y la paz» convocada por la Iglesia Católica en la Plaza Belgrano, en el marco del Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

La convocatoria fue impulsada por el nuevo arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Scheinig, y el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el obispo de San Isidro Oscar Ojea, en ocasión del Día de la Virgen y el inicio de un año litúrgico dedicado a su figura. El pedido, en el contexto de la invitación, fue “construir una Patria de hermanos, una Patria de justicia, de fraternidad y de unidad”.

Macri estuvo acompañado por su mujer, Juliana Awada; la vicepresidenta Gabriela Michetti; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica; ministro del Interior, Rogelio Frigerio, entre otros funcionarios del gobierno saliente. Fernández, en tanto, llegó con algunos de los funcionarios de la entrante gestión de gobierno como Santiago Cafiero (jefe de Gabinete de Ministros) Daniel Arroyo (Desarrollo Social), Felipe Solá (Cancillería), Guillermo Olivieri (Secretaría de Culto), Gustavo Beliz (Secretaría de Asuntos Estratégicos). De la ceremonia participaron el intendente Municipal Dr. Oscar Luciani; el jefe comunal electo Leonardo Boto y la ex intendenta Graciela Rosso. También estuvo quien fuera candidato a presidente Roberto Lavagna.

En su homilía, monseñor Scheinig expresó: “¡María, la Madre del Señor, nos recibe a todos y no excluye a nadie! Todos somos bienvenidos. Nadie que viene a esta Casa regresa con las manos vacías, la Virgen siempre nos da un regalo que es como una caricia de Dios para la vida.

“¿Cómo no confiar entonces que Dios y la Virgen Santa, pueden tocar el alma de nuestro pueblo, sanar lo que haya que sanar y potenciar lo mejor de nosotros para ser un pueblo de pie y lleno de vida? Invitamos a rezar hoy y aquí, porque somos conscientes que estamos en un momento delicado del mundo, de nuestra América Latina y de nuestra Nación. En nuestra última Asamblea Plenaria, los obispos decíamos: “En el inicio de un nuevo período de nuestra democracia, por la cual hemos optado de manera irreversible, queremos caminar con los argentinos para consolidarla cada día más”, agregó.

También señaló que “no somos ingenuos, no creemos que una celebración sea la solución de los problemas, pero estamos seguros que este gesto que estamos realizando juntos, habla por sí mismo y deseamos que en estos días históricos y con la ayuda de lo Alto, se convierta en una puerta para entrar en esta nueva etapa, con sinceros anhelos de unidad y de paz”.

“Estamos seguros que este momento de oración, entre tantas realidades y situaciones, es muy importante para nuestra Nación y para el mundo. Agradecemos la presencia de todos ustedes estimados señores  Presidentes, gobernadores, senadores, diputados, líderes políticos, sindicalistas, empresarios, movimientos sociales. A todos los que han tenido y ahora tendrán responsabilidades. Gracias por compartir este acto sagrado y religioso”, indicó.

“Nos comprometemos a rezar por ustedes, porque es muy grande la tarea y mucha la responsabilidad que el pueblo les ha confiado. Agradecemos muy especialmente al Santo y Fiel Pueblo de Dios que persevera en la oración de manera infatigable. Antes de la bendición final, hermanos de otras religiones compartirán también su oración. Gracias por estar compartiendo este momento. Pidamos para que nuestra democracia se afirme y siga creciendo en institucionalidad”, manifestó la autoridad religiosa.

Monseñor Scheinig confirmó a AICA que la iniciativa de rezar una misa por la Patria surgió hace tiempo, en conversación con el obispo de San Isidro, monseñor Ojea. “Me pareció oportuno que esa misa se realizara el día de la Virgen, el 8 de diciembre, y hacerlo en el santuario nacional de Nuestra Señora de Lujan. (…) Hacer este gesto a los pies de la Virgen me parece que es un regalo de ella misma para la Nación”, consideró el prelado, teniendo en cuenta los momentos “tan delicados para América Latina y para la Argentina”, y este momento “histórico para nuestra democracia, en plena transición y llegando a fin de año en paz”.

“Creo que los argentinos en este día, en este gesto simple, sencillo y también con cierta audacia y valentía, estamos siendo acariciados por Dios y por la Virgen. Es una respuesta de amor de la Virgen y una mano que nos está dando y no debemos desperdiciar”, destacó.

Durante la ceremonia se dio un emotivo saludo de “la paz” entre las autoridades entrantes y salientes de la gestión nacional de gobierno.

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