Las pintadas al edificio Municipal: El patrimonio y la identidad de Luján

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08/11/2020- El patrimonio cultural pasó de ser históricamente referido a edificios y objetos a incluir lugares y sitios de gran significación social, incluyendo al patrimonio natural, ya que la comunidad le ha dado otro significado.

El patrimonio es un conjunto, no solo de edificios o sitios aislados, con valores intangibles que nos dan identidad; y la conservación tiene que ver con el valor que la comunidad le asigna, y que le dan una significación especial para no perder identidad.

Hablamos entonces de patrimonio material e inmaterial, y los bienes culturales son la expresión de la cultura de un grupo humano que siempre busca sentirse miembro de un colectivo para desarrollar el sentido de pertenencia.

Hace dos siglos atrás la valoración del patrimonio que se debía proteger era solamente a través de los “monumentos históricos”, concepto que hoy se amplió al de “bienes culturales”. Algunos autores expresan que la falta de testimonios del pasado puede llevarnos a un presente eterno, cuando al contemplar, pensar y razonar en torno a los bienes culturales nos ayudan a entender el pasado, vivir el presente y proyectarnos hacia el futuro.

Los bienes culturales pueden estar amenazados por la globalización que puede reducir las identidades en detrimento de la singularidad cultural de cada comunidad, limitando la preservación y conservación histórica. Vemos cómo aparecen en nuestra ciudad proyectos de paisajes más parecidos a ciudades caribeñas que a nuestra identidad de la Villa de Luján.

Luján cuenta con algunos privilegiados testimonios de épocas pasadas, como la sencilla casa de Pepa Galarza, resultando seguramente la única sobreviviente vivienda del siglo XVIII en la provincia de Buenos Aires. Todo el resto de sus características como pago y Villa desaparecieron.

Cada generación intentó borrar los testimonios de la anterior. Incluso hoy el Palacio Municipal no luce tal como fue construido hace 110 años ya que se prefirió, hacia 1929, modificar la fachada, “despojándolo de los adornos típicos de su estilo original porque se pensaba imponerle un estilo neocolonial, el mismo que don Enrique Udaondo le estaba dando a los pabellones que se iban construyendo en el Museo Colonial e Histórico y que se darían a los edificios del Balneario Parque (1933-1935) y a las recovas de la avenida Nuestra Señora de Luján (1937)” (Jorge Juan Cortabarría, 100 años de la Casa Municipal – 04/06/2010).

El Palacio Municipal, además de su valor material y de su significación como bien histórico perteneciente al patrimonio cultural de nuestra comunidad, tiene una particular implicancia para todos los lujanenses. Allí, desde hace 110 años, tienen su asiento las autoridades locales, y fundamentalmente los integrantes de los dos órganos que conforman el gobierno democrático comunal: el Intendente Municipal y el Honorable Concejo Deliberante. El Palacio de San Martín 550 es, pues, la más genuina representación física de la institucionalidad pública, como emblema del municipalismo, de la representatividad popular y de la republicana división de poderes.

Pero no podemos dejar de referirnos a los hechos acontecidos esta semana en el Palacio Municipal, y en ese sentido –más allá del reclamo o la causa que cada uno dese expresar- considero que lo grave resulta de quiénes viene. Porque por más disculpas que soliciten y de que hayamos visto a algunas personas intentando repararlo, los funcionarios y los concejales tiene el poder que se les otorga por prestar sus servicios para actuar, expresar y concretar proyectos desde sus respectivos lugares. Si la excusa es la “visibilización” de un tema pueden hacerlo cada día desde su banca o su despacho, usando la Prensa Municipal y cualquier otra forma de divulgación.

Atacar el bien público, patrimonio de todos, protegido por la Ordenanza 4184 que lo declara “edificio significativo” por su antigüedad y sus características que definen la identidad de Luján, merece por lo menos el rechazo, pero además la preocupación porque la Concejal Francia es, además, presidente de la Comisión de Urbanismo del H. Concejo Deliberante, desde donde debe generar los dictámenes de aplicación de la Ordenanza 5320 del Código de Preservación del Patrimonio Cultural Lujanense.

Javier L. Casset

Arquitecto, ex concejal, ex Director de Planeamiento y ex Secretario de Obras Públicas

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