22 de abril de 2025
Así lo expresó el arzobispo de la Arquidiócesis Luján-Mercedes, Jorge Eduardo Scheinig, en su homilía tras el fallecimiento del Papa Francisco, realizada en la Basílica y señaló «fue un hombre necesario para el mundo».
El arzobispo de la Arquidiócesis Luján-Mercedes, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, presidió una conmovedora misa en la Basílica Nuestra Señora de Luján en memoria del Papa Francisco, quien falleció este lunes en Roma a los 88 años, tras doce años de pontificado.
En la celebración, cargada de emoción y con un significativo número de fieles presentes, se recordó la figura y el legado del primer Papa argentino, “Francisco fue un hombre necesario. Yo lo voy a extrañar profundamente, pero creo que el mundo también», expresó Scheinig en su homilía, ante la presencia del intendente Leonardo Boto y un nutrido grupo de feligreses.
En este sentido, el arzobispo recordó situaciones personales de su convivencia con Jorge Bergoglio en Buenos Aires, destacando su humildad, su cercanía con los más vulnerables y su permanente entrega a la Iglesia: “No se tomaba un día de descanso. Estaba para la Iglesia con todo su corazón”.
“Quiero decir que él ha sido un profeta. ¿Qué es un profeta? Es alguien que se anima a vivir de tal manera en Dios, está tan inmerso en Dios que puede captar los sentimientos de Dios. Un profeta no es un visionario, no es alguien que predice lo que va a pasar, sino es alguien que habla de lo que Dios siente”, remarcó y aclaró “y entonces, hablar de los sentimientos de Dios al mundo, muchas veces es quedar mal parado, quedar en un lugar incómodo, difícil”.
Finalmente, el arzobispo concluyó la misa pidiendo oraciones por el Papa fallecido y por el futuro de la Iglesia: “Ojalá que el próximo Papa continúe esta obra de recreación que Francisco inició, inspirado por el Espíritu como él lo estuvo”.
